Mi Confrontación con la Docencia.

Mi primera experiencia como docente fue en 1988 en un Colegio supliendo a una maestra.
El primer grupo que me asignaron como maestra titular, fue en septiembre de ese mismo año en la sección de preparatoria, la mayoría de los alumnos estaban en el seminario y eran personas muy responsables y ordenadas, eso me motivo a tratar de hacer mejor mi trabajo día con día.
Pienso que la docencia es una carrera maravillosa que te da la oportunidad de tratar a tantas personas, y más de lo que he enseñado puedo decir que he aprendido de mis alumnos (he impartido clases en secundaria, bachillerato y en la Universidad).
Siento que he podido dar aún más, pero en ocasiones el cansancio me ha restado fuerzas, pero creo que he hecho lo mejor que he podido.
Considero que mi labor no ha sido en vano, pues cuando me encuentro al paso de los años, a alumnos que paran y/o me buscan para saludarme y preguntarme con la sonrisa en los labios que ha sido de mi vida, cuando recuerdan los regaños y consejos recibidos y las alegrías compartidas, cuando me cuentan sus logros actuales me doy cuenta que ha valido la pena ser maestra.
El ser docente para mí tiene un gran significado, pues este tipo de alumnos están despertando a la vida, muchos de ellos, se encuentran enfrascados en cuerpos de jóvenes con actitudes de niños; y otros plantados en su actitud de hombres y mujeres grandes que exigen muchas veces ser tratados como adultos.
Esta mezcla de personas que aún no están ciertos en que su mente y su cuerpo deben ser congruentes con sus actitudes, sus derechos y sus responsabilidades, hacen que la labor docente sea aún más complicada y me han significado un gran reto.
El ser docente en la Universidad es muy diferente, las personas mayores ya saben que van a aprender porque han vivido la necesidad de tener una preparación superior para poder conseguir un mejor trabajo, un mejor nivel de vida. Para mí, apoyar a estas personas ha sido muy gratificante, pues conforme la persona crece en edad y experiencia, también crece entre ella y el conocimiento la distancia y disminuyen sus oportunidades para aprender.
Mi insatisfacción de mi trabajo como docente es que no veo resultados que espero de inmediato sino a largo plazo.